¿DONDE ESTAS?
La Biblia es sencilla en describir la caída del hombre; Dios simplemente
le da una orden y aviso especifico a Adán y Eva, La serpiente los engaña en
creer que las cosas no eran como Dios dijo, mas sin embargo ellos
desobedecieron.
Leamos el
texto en esta hora: Génesis 3:1-13
Todos hemos escuchado ese famoso dicho que dice: “Todo sale a la luz”, y
para ilustrar esta gran verdad quiero compartir con ustedes algo curioso que le
sucedió a una pareja joven.
Esta pareja de jóvenes estaban a punto de casarse; El novio algo nervioso
habló con su papá y le dijo: “papá, tengo mido de casarme”. “¿Por qué hijo?”,
dijo el papá. “Tú sabes que mis pies huelen muy mal y va ser muy penoso cuando
mi esposa se dé cuenta”. “No te preocupes por eso hijo, simplemente cuando te
vayas a dormir déjate tus medias (calcetines) puestas y ella nunca notara el
mal olor, ¡Todo va a estar bien!
Mientras tanto, la novia hablando con su madre le dijo: “mama, estoy
preocupada por el matrimonio, porque me da muy mal aliento en las mañanas y va
ser muy embarazoso cuando mi esposo se dé cuenta”. La madre le respondió y
dijo: “No te preocupes, cariño. Todo lo que tienes que hacer es, apenas te
despiertes no digas ni una sola palabra simplemente levántate y cepíllate la
boca, el nunca se dará cuenta de tu mal aliento, ¡Todo saldrá bien!”
La boda se llevo a cabo y todo salió bien, por los primeros seis meses
la pareja pudo mantener sus secretos intactos. Pero una mañana a las 5:00 AM,
el esposo se despertó y se dio cuenta que se le había zafado una media mientras
dormían, en medio de su desesperación el comenzó a buscar la media debajo de
las cobijas y de un momento a otro se despertó su esposa. Ella se asustó y
sentándose en la cama dijo: “¿Qué rayos está sucediendo?” y él respondió, y
dijo: “¡Oh no te has comido mi media!
No interesa que cosa o pecado hayamos cometido, tarde que temprano
saldrá a la luz. La pregunta no es, si ¿Saldrá a la luz o no?; La pregunta es,
¿Cuándo saldrá a la luz? La decisión es tuya, quieres responder hoy a la
pregunta que Dios te hace, ¿Dónde estás?
La Biblia es sencilla en describir la caída del hombre; Dios simplemente
le da una orden y aviso especifico a Adán y Eva, La serpiente los engaña en
creer que las cosas no eran como Dios dijo, mas sin embargo ellos
desobedecieron.
Los resultados también fueron sencillos, pero profundos; Ellos en verdad
conocieron algunas cosas que ellos no conocían anteriormente. Conocieron la
vergüenza, tuvieron conciencia de su desnudes y se cubrieron con hojas de
árboles; Y conocieron el temor, tuvieron temor de presentarse a Dios porque
estaban desnudos. La vergüenza y el temor fue el conducto que arruinó la
relación que existía entre el hombre y Dios.
Una llave principal de este evento, fue la acción
de Dios mientras El andaba recorriendo el jardín. Dios hizo una pregunta, “¿Dónde
estás?”; La pregunta no fue por ignorancia, como si Dios no supiera donde
estaban. La pregunta fue diseñada para recibir respuesta de parte de Adán; Esta
pregunta demandaba una respuesta, pero no precisamente de la localización
física, si no de la condición en que ellos se encontraban.
Es la misma pregunta te la hace Dios hoy. El ser humano continúa pecando
y rebelándose de la voluntad de Dios, por lo consiguiente continuamos sufriendo
las consecuencias del pecado en el edén. Así, como Adán y Eva fueron cargados
de vergüenza y temor, también los pecadores hoy en día están cargados por estas
mismas cosas. Y así, como Dios busco a Adán y Eva, Dios busca a aquellos que se
esconden de El hoy, La Biblia dice en Ezequiel 34:16 (La Biblia de las
Américas) “16 Buscaré la perdida, haré volver la descarriada, vendaré la
perniquebrada y fortaleceré la enferma…”, y en Mateo 18:11 (Reina-Valera) “Porque
el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.”
Dios te
pregunta hoy “¿Dónde estás?”…
I- ¿Te estás escondiendo de Dios?
A- Muchos se esconden de Dios
Cuando la gente es confrontada con su pecado, se esconde de Dios. Tratan
de hacerlo de una manera similar a la de Adán y Eva, se esconden y tratan de
alejarse de la vista de Dios.
Muchos
tratan de esconderse con abnegación, negando la existencia Dios;
Otros, tratan de esconderse con incredibilidad, rehúsan en creer que un
Dios tan grande y poderoso se interese por ellos;
YØ finalmente otros tratan de esconderse detrás de la ignorancia, se hacen
los que nunca supieron que existía un Dios a quien tenían que responder.
No interesa como te quieras esconder de Dios, la Biblia dice: “23 ¿Soy
acaso Dios sólo de cerca? ¿No soy Dios también de lejos? afirma el Señor. 24
¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo? afirma el
Señor. ¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra? afirma el Señor.”
(Jeremías 23:23-24 Nueva Versión Internacional)
B- ¿Te estás escondiendo?
Una de
las cosas que tenemos que estar seguros, es que nadie se puede esconder de
Dios.
Dios te está buscando hoy, no porque tú has sido exitoso en esconderse
de Él; Dios te está buscando porque El quiere que tú respondas del lugar o
situación en que te encuentras.
II- ¿Estas ignorando a Dios?
A- El ignorar, es un atentado a no querer enfrentar a Dios
Así como queremos escondernos de Dios, también existen diferentes
maneras en que una persona puede ignorar a Dios.
Unas personas simple y directamente ignoran a Dios, serrando las puestas
de su corazón; Otros, deciden ignorar Su Palabra, “La Biblia” y lo que ella
tiene para sus vidas;
Otros ignoran cualquier cosa que Dios tenga que decir a favor o en
contraØacerca de la manera que viven; Y otros ignoran el hecho que la vida tiene
un elemento espiritual, y rehúsan cualquier motivación de buscar a Dios.
La Biblia deja claro que la ignorancia no será una excusa para no
atender el llamado de Dios “16Así dice el SEÑOR: Paraos en los caminos y mirad,
y preguntad por los senderos antiguos cuál es el buen camino, y andad por él; y
hallaréis descanso para vuestras almas. Pero dijeron: "No andaremos en
él." 17Y puse centinelas sobre vosotros, que dijeran: "Escuchad el
sonido de la trompeta." Pero dijeron: "No escucharemos."”
(Jeremías 6:16-17 La Biblia de las Américas)
B- ¿Estas Ignorando a Dios?
Existen personas que atienden una iglesia para sentirse bien, pero
ignoran lo que Dios les está diciendo. Personas que rehúsan discutir cosas
espirituales, ellos dicen: “hábleme de todo lo que quiera, menos de Dios”,
porque no quieren pensar en las consecuencias de sus acciones cuando son
confrontados con Dios.
Dios te está buscando ¿Lo sabes?
III- ¿Estas Justificando tu actitud? A- El justificar nuestras acciones es cosa del pasado
Adán y Eva lo hicieron “12 Él respondió: La mujer que me diste por
compañera me dió de ese fruto, y yo lo comí. 13 Entonces Dios el Señor le
preguntó a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? La serpiente me engañó, y comí
contestó ella.” (Génesis 3:12-13 NVI)
Aarón quiso
también justificar sus acciones “21 Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho
este
pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? 22 Y respondió Aarón: No se
enoje mi
señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a
mal. 23 Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque
a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le
haya acontecido. 24 Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro?
Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro.”
(Éxodo 32:21-24 RVR)
Quien puede olvidar al rey Saúl “20 ¡Yo sí he obedecido al Señor!
insistió Saúl. He cumplido la misión que él me encomendó. Traje prisionero a
Agag, rey de Amalec, pero destruí a los amalecitas. 21 Y del botín, los
soldados tomaron ovejas y vacas con el propósito de ofrecerlas en Guilgal al
Señor tu Dios.” (1 Samuel 15:20-21 NVI)
B- ¿Estas justificando tus decisiones y acciones?
“20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen
de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y
lo dulce por amargo! 2 ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son
prudentes delante de sí mismos! 22 ¡Ay de los que son valientes para beber
vino, y hombres fuertes para mezclar bebida; 23 los que justifican al impío
mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!” (Isaías 5:20-23 RVR)
Cualquier justificación que quieras usar, ¡no trabajara! Dios sabe todo
lo que tú has dicho y hecho y el intentar a justificarse ante Dios, es
simplemente otra manera de esconderte y tratar de ignorar a Dios.
IV- ¿Te encuentras arruinado por el pecado?
A- El
pecado destruye nuestras vidas
“9 Por eso la salvación se ha alejado de nosotros y la liberación no se
nos acerca; esperábamos la luz, y no hay más que oscuridad; esperábamos la
claridad, y andamos en tinieblas. 10 Andamos a tientas, como ciegos junto a una
pared, como si no tuviéramos ojos; en pleno mediodía tropezamos como si fuera
de noche; teniendo salud, estamos como muertos. 11 Todos nosotros gruñimos como
osos, gemimos como palomas; esperamos la salvación, pero no llega; esperamos la
liberación, pero está lejos. 12 Nosotros te hemos ofendido mucho, y nuestros
propios pecados nos acusan; tenemos presentes nuestras culpas y conocemos
nuestras maldades. 13 Hemos sido rebeldes e infieles al Señor, no quisimos
seguir a nuestro Dios, hemos hablado de violencia y de traición, hemos hecho
planes para engañar a los demás.” (Isaías 59:9-13 DHH)
B- ¿Ha
destruido tu vida el pecado?
¡Dios te anda buscando! ¿A dónde estás? ¿Te estás escondiendo de Él? ¿Lo
está ignorando? ¿Estás tratando de justificarte ante El? Cada una de estas
acciones no es más que un atentado a cubrirte con hojas de higuera, o de
esconderte de la presencia de Dios.
Entre más resistas a Dios, en más ruina te encontraras; Dios quiere
liberarte de los escombros de tu ruina.
Conclusión
La
pregunta que Dios te hace, merece una respuesta “¿Donde estas?”
Si deseas
atender su llamado, ven a los pies de Cristo y repite la siguiente oración.
Señor Jesús, te doy gracias por haber muerto en la cruz del calvario por
mis pecados, perdóname por haberme escondido de ti, por haberte ignorado, y por
haber tratado de justificarme ante ti. Te recibo en mi corazón como mi único y
suficiente salvador, recíbeme como tu hijo y escribe mi nombre en el libro de
la vida, amén.
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