EL PRECIO DE SEGUIRLE
LUCAS 9:57-62
En el mundo en que vivimos existen muchas personas que
desean seguir a Cristo, ¿verdad? ¿Cuántos aquí deseamos seguir a Cristo? Sin
duda, todos los que estamos aquí presente queremos o deseamos profundamente en
nuestros corazones seguir a nuestro Rey y Salvador. Entonces ¿qué hacemos? Lo
que hacemos es que nos encontramos una iglesia, nos empezamos a reunir, y
pensamos que de esta manera estamos siguiendo a Cristo. Pensamos que de esta
manera le estamos sirviendo. Pero lo que sucede en muchas ocasiones es que en
realidad no le estamos siguiendo, no le estamos sirviendo. La razón más grande
de esto es porque muchos de nosotros en realidad no nos hemos dado cuenta de
que el seguirle es algo muy costoso. Si, lo oyeron bien, el seguir a Cristo es
algo muy costoso.
DESARROLLO
Revisemos las primeras
palabras de Lucas 9:57-62 - Y aconteció que...
Aquí podemos ver la lección acerca del precio que tendremos
que pagar cuando decidimos seguir a Jesús. Vamos a examinar estos tres ejemplos
bien de cerca para que nos demos cuenta que el seguir a Jesús no es una cosa
leve, que no es una cosa que podemos hacer sin seriedad.
En el primer ejemplo vemos que este hombre aquí le dijo a
Jesús que le seguiría a donde quiera que El fuese. Estoy seguro que ese hombre
tenía las mismas razones que tuvimos todos nosotros. Estoy seguro que fue
porque a él le agradó la presencia del Señor y sus seguidores, que la sabiduría
y enseñanzas de el Señor lo motivaron, que el apreció todo lo bueno que el
Señor había hecho. Acaso ¿no son estas las razones por la cual nosotros le
empezamos a seguir? Claro que si, le empezamos a seguir porque en El
encontramos la paz que tanto anhelábamos, en El encontramos el reposo que
buscábamos, en El encontramos un amor y perdón genuino. Entonces tal como ese
hombre decimos que Le seguiremos, pero fíjense bien lo que le dijo Jesús a este
hombre. Jesús le dijo que existía un precio bien grande que tendría que pagar.
Jesús le dijo: "Las zorras tienen..." Aquí Jesús se está usando como
el ejemplo primordial. El se había negado completamente, El no tenía un lugar
donde El pudiera descansar. En otras palabras El estaba advirtiéndole que ser
un discípulo suyo no sería nada fácil. Él le estaba advirtiendo que para
seguirle tendría que pagar un precio alto. Cuando nosotros nos hacemos
discípulos de Cristo, cuando tomamos en serio el llamado que nuestro Padre nos
ha dado, cuando tomamos en serio el mandamiento de la gran comisión, no podemos
descansar en el saber que somos salvos. No podemos tomar refugio en eso
solamente, sino tenemos que obrar y hacer todo lo posible por engrandecer el
Reino de Dios aquí en la tierra en respuesta a tal redención.
¿Se pueden imaginar lo que hubiese sucedido si Jesús no hubiese tomado la misión que El
Padre
le envío hacer seriamente? Les digo que si este hubiese sido el caso, nosotros
no estaríamos aquí en el día de hoy.
Hermanos nosotros tenemos que ser imitadores de Jesús.
Como les dije previamente, Jesús estaba en camino a Jerusalén, El estaba en
camino a cumplir con su misión. Nosotros también estamos en ese camino a
Jerusalén. No estamos en camino al Jerusalén del pasado, sino estamos en el
camino al Nuevo Jerusalén. Pero para llegar existe un precio alto que tendremos
que pagar. Hermanos aunque el precio que debemos pagar aparente ser un precio
alto, una cosa muy costosa, ya que tendremos que negarnos a nosotros mismos,
Consideremos lo que estamos reservando: Estamos reservando el derecho de poder
sentarnos en la presencia del Señor, estamos reservando el derecho de estar
junto al Rey de Reyes y el Señor de Señores, estamos reservando el derecho de
encontrarnos ante la presencia del eterno Yo Soy. Entonces la primera parte de
la lección que nuestro Señor nos está enseñando es que para servirle
adecuadamente, para servirle correctamente, lo primero que tenemos que hacer es
negarnos a nosotros mismos. Tenemos que poner las cosas de Dios por delante de
todas las cosas.
Analicemos ahora el segundo ejemplo que El nos dejo en
estos versículos. Aquí vemos que Jesús le dijo a este otro hombre que lo
siguiera, pero este le contesto: "Señor, déjame que primero vaya...
Si leemos esto rápidamente, la respuesta de nuestro
Señor cuando le dice: "Deja los muertos... Esta respuesta nos puede lucir
como una respuesta fría, una respuesta que no toma en consideración el
sufrimiento de este hombre. Pero en realidad este no es el caso. Lo que en
actualidad está ocurriendo aquí es que el estaba usando la muerte de su padre
como una excusa para no responder al llamado del Señor de inmediato. Lo que
sucedió aquí es que este hombre no se dio cuenta de lo que Jesús le había
dicho. El no comprendió lo que el Señor le quiso decir. El Señor le dijo:
"Deja los muertos que entierren á sus muertos." En otras palabras El
le estaba diciendo que Dios tenía que venir antes de cualquier otra cosa. Jesús
le estaba diciendo que el seguirle a Él es más importante que cualquier otra
cosa en este mundo. Fíjense bien lo que le dijo al final, Jesús le dijo:
"ve, y anuncia el reino de Dios." Esto no es más nada que una
confirmación a lo que acabo de decir, esto confirma que Jesús le estaba
diciendo a este hombre que Dios tenía que ocupar el primer lugar en su vida. El
Reino de Dios es más importante que cualquier otra cosa.
Analicemos ahora el tercer ejemplo El nos dejo. Aquí
vemos un hombre tal como el primero. Un hombre que le dijo a Jesús que lo
seguiría, pero de nuevo leemos que ese hombre también usó una excusa. Vemos que
él dice: "Te seguiré... “¿Se han dado cuenta del denominador en común? Los
tres estaban dispuestos a seguirle, los tres sintieron la necesidad, pero los
tres usaron excusas para no hacerlo de inmediato.
Vemos que este hombre aquí le pidió a Jesús un tiempo,
pero Jesús también le contestó de una manera que a primera vista aparenta ser
un poco brusca. Jesús le dijo: "Ninguno que poniendo su mano al arado... “¿Qué
le quiso decir? Acaso le quiso decir que no podría entrar en el
Reino
de Dios. La respuesta es no. Lo que sucedió en este caso es que aparentemente
este hombre le estaba dando más importancia a las cosas de este mundo que el
seguir a Dios.
¿Cuántos aquí han visto como se ara un terreno? La
tierra queda dividida y los surcos quedan derechos unos al lado de los otros.
Ahora, ¿Cómo fue que pudieron hacerlo de esta manera? Fácil, el que estaba
haciendo esa tarea no estaba mirando hacia atrás, él mantuvo su vista en lo que
estaba haciendo. Nosotros no podemos ponernos a mirar hacia atrás, lo que está
detrás de nosotros no es lo importante. Lo importante es lo que tenemos
enfrente. Lo que es importante es que estamos en camino hacia el nuevo
Jerusalén y no podemos permitir que nuestra mirada sea puesta en ningún otro
lugar. Hermanos cuando nos ponemos mirar hacia atrás, le estamos dando una
oportunidad al enemigo a que se cuele de nuevo en nuestra vida y nos arrebate
la visión que Dios nos ha dado. Tenemos que concentrarnos en el camino que
importa, tenemos que concentrarnos solo en El.
CONCLUSIÓN
La verdad de todo esto, la lección que nuestro Señor
nos dejó aquí es que el servirle no es una cosa que podemos tomar levemente. El
servirle correctamente, el servirle adecuadamente no es el asistir a una
iglesia una vez por semana. El servirle adecuadamente, el servirle
correctamente es mucho mas de eso. El servirle correctamente quiere decir que
tiene que haber un cambio por completo en nuestras vidas, quiere decir que las
cosas de Dios tienen que tener prioridad sobre todo. Quiere decir que tendremos
que negarnos a nosotros mismos. Como hombres al fin, no somos merecedores de lo
que Cristo ha hecho por nosotros. No existe nada que podamos hacer en esta vida
cual pueda pagar por ese sacrificio perfecto que El hizo por nosotros en la
cruz. Hermanos, Cristo nos ama, Cristo quiere que le sirvamos correctamente, El
nos ha llamado a estar a Su lado, El nos ha llamado a su servicio. El precio
que tenemos que pagar por servirle puede aparentar ser bien costoso, pero les
repito, consideremos lo que recibiremos en cambio.
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