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¿Flores para mis muertos? Día de todos los santos o Día de los muertos

¿Flores para mis muertos?



El 1 de noviembre se celebra, a nivel nacional, el “Día de todos los santos”, secundado por el 2 de noviembre, “Día de los difuntos” o “de los muertos” Una festividad religiosa (NO bíblica) que pretende recordar a los difuntos, como si nuestros seres queridos, que ya no están, necesitasen de un día en el calendario para ser recordados. Dos efemérides religiosas, totalmente opuestas a las enseñanzas bíblicas, que siguen a una noche satánica importada de EEUU: Halloween. 
Según Wikipedia: El Día de Todos los Santos es una solemnidad cristiana que tiene lugar el 1 de noviembre para las iglesias católicas de rito latino y el primer domingo de Pentecostés en la Iglesia ortodoxa y las católicas de rito bizantino. No se debe confundir con la Conmemoración de los Fieles DifuntosPorque el Día de los fieles difuntos es el Día de los Muertos, una celebración que se realiza el 2 de noviembre complementando al Día de Todos los Santos, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal y, especialmente, por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio. Según la tradición se debe ir al
cementerio a rezar a los seres queridos y dejarles velas y flores, para ser recordados. La celebración de una fiesta dedicada a los difuntos persigue en la mayoría de culturas el objetivo de apaciguar a los muertos más recientes que vagan aún por la tierra sin encontrar el lugar de reposo (para la Iglesia Cristiana Católica ese lugar por el cual vagan se llama Purgatorio)En este día la Iglesia celebra fiesta solemne por todos aquellos difuntos que, habiendo superado el purgatorio, se han santificado totalmente, han obtenido la visión beatífica y gozan de la vida eternaen la presencia de Dios. Por eso es el día de «todos los santos». No se festeja sólo en honor a los beatos o santos que están en la lista de los canonizados y por los que la Iglesia celebra en un día especial del año; se celebra también en honor a todos los que no están canonizados pero viven ya en la presencia de Dios.
Miles de cristianos sinceros siguen estas tradiciones, diametralmente opuestas a las verdades bíblicas, porque nunca han estudiado sus Biblias y confían en las tradiciones religiosas, cuyos peligros quedaron patentes, por ejemplo, en la necesidad de reforma de algunas de esas tradiciones erróneas, como las indulgencias, contra las que se posicionaron cristianos sinceros, que si estudiaban la Biblia, como Lutero y el resto de reformadores y reformadoras (si, que también las hubo). Una reforma que sigue siendo necesaria todavía hoy, en boca de ciertos religiosos.
Así como las indulgencias no son bíblicas, el purgatorio tampoco existe en la Biblia; ni las fiestas a los muertos (algo totalmente pagano y satánico), ni siquiera la santificación tal como se entiende tradicionalmente (todos somos pecadores, no hay ni un solo ser humano por el que Jesús no hubiera tenido que morir). Y el único que puede interceder por nosotros es Cristo (1º Timoteo 2:5-6 dice: Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. nadie más). Nuestras oraciones no ablandarán el corazón de Dios para salvar a ninguna persona, simplemente porque nadie ama más a sus hijos que el propio Dios, y solo Cristo puede interceder por la humanidad porque solo Él entregó su vida a cambio de la nuestra, para que la justicia se cumpliera y poder reconciliarnos con el Padre que tanto nos ama.
La única verdad para el cristiano debería ser, como para Lutero la “Sola Scriptura”, la Biblia. Y ésta dice claramente que los muertos están muertos, nada saben, tal como indica Eclesiastés 9:5 y 6 Porque los que viven saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, ni tienen ya ninguna recompensa, porque su memoria está olvidada. En verdad, su amor, su odio y su celo ya han perecido, y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace bajo el solSu situación es como la del sueño, han dejado de existir, ya no sufren ni piensan. “Duermen” en Jesús hasta que Cristo vuelva por segunda vez y los “despierte”. Toda aparición espiritista es satánica. El enemigo de Dios y sus aliados haciéndose pasar por seres humanos.
Los muertos no necesitan flores, no pueden olerlas ni saben que estamos ahí. No pueden oírnos. No están en el cielo, eso no es bíblico; ni pululando por ahí, eso no solamente no es bíblico, sino que es satánico. A Dios vuelve la vida, no la identidad de la persona. Eclesiastés 12:7 dice Después de eso el polvo volverá a la tierra, como antes fue, y el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio. Pero la palabra para ese “espíritu” es vida, no identidad. Es como una lámparaLa luz es la identidad de la persona, sus pensamientos, sentimientos, etc. la corriente eléctrica es la vida, pero no su identidad. Nuestros amados se “despertarán” el día que Jesús regrese.
Esa es nuestra esperanza, nuestros seres amados, esos a los que tanto echamos de menos, volverán a la vida. Cristo los resucitará como Él resucitó de entre los muertos. Es una promesa, y esa sí es Bíblica. 1 Tesalonicenses 4:16-20 dice: El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces, los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Recordemos con cariño a nuestros amados que “duermen” y mantengamos viva la esperanza de volver a abrazarles el día de la Segunda Venida de Cristo, cada vez un poco más cercano. Esperemos volver a verles. Ahora no sufren, no piensan, no existen… pero el Señor les resucitará. No es un “adios”, tan solo un “hasta pronto”. Si nos amaron, no necesitan nuestras lágrimas. Desean que seamos felices y sigamos adelante con nuestras vidas, hasta el bendito día del reencuentro.
Las flores… mejor démoselas a nuestros seres amados vivos, ahora que todavía pueden disfrutarlas.

Autora: Esther Azón. Teóloga y comunicadora. Productora TV, guionista y redactora web en HopeMedia. Editora de la Revista Adventista de España y ANN España. 

Fuente: revista.adventista.es

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